Los Mulliez gobiernan más de 150 marcas en cuatro continentes y más de 750.000 empleados. Pero en la extensa familia, Emmanuelle se ha convertido en un símbolo por recorrer “un camino que empecé hace tres años”. Y que le ha llevado a revelarse como mujer y, ahora, modelo.
POR TONI GARCÍA VANITY FAIR
Antes, en el pasado, el camino de Emmanuelle
transcurría en otros parámetros: cinco hermanos, cinco hijos, un negocio propio
forjado en la cuna de la familia y —también— una gran sensibilidad por el arte
y la cultura. Todo, dentro de lo que algunos llamarían normalidad. Hasta que un
día decidió que había una parte de todo ese mundo que iba a cambiar: un camino
lleno de recovecos que la ha llevado hasta el presente.
"Hace tres años, lo recuerdo muy bien;
estaba de vacaciones con mi esposa, en 2018, y tenía ganas de expresarme de
otra manera y nos fuimos de compras para vestirme de mujer. Lo más destacado
fue la boda de uno de mis hijos, en la que, por primera vez, iba a presentarme
ante un gran público como mujer y hablar como madre, siguiendo el patrón
clásico de un discurso de boda", cuenta Emmanuelle Mulliez a Vanity Fair,
desde Marbella, en vísperas de su debut como modelo (participará en el desfile
de Ynes Suelves hoy, jueves 14), a los 76 años de edad, desfilando en uno de
los grandes escaparates del sector en nuestro país: la Mercedes Benz Fashion
Week. Lo explica con una voz suave, escogiendo muy bien cada palabra, con un
acento francés que se cuela de cuando en cuando en su magnífico español.
Cuando se le pregunta a Emmanuelle, a la que
sus amigas llaman Manuela, qué sensaciones tiene antes del gran momento de
caminar por una de las pasarelas más famosas de Europa, hace una pequeña pausa
antes de contestar: “Te diría que la vida está llena de sorpresas, nadie puede
imaginarse que la evolución de un ser humano puede tener tantos matices, tantas
facetas. Por eso creo firmemente que la vida es un regalo de cada día. Estoy al
principio de un camino que empecé hace unos tres años. Y este es un evento muy
importante en la moda española, un sueño hecho realidad gracias a las personas
que tenía a mi alrededor. ¿Qué me preocupa? Me preocupa dar lo mejor que tengo
dentro y no defraudar a quienes han confiado en mí. He trabajado en la técnica
para mejorar mi estilo, incluyendo clases de danza clásica y de mantenimiento,
y eso me da mucha confianza”, confiesa.