Escrito por: Mario
Emilio Guerrero
Santo Domingo.- Mi
primer trabajo como comentarista en la pelota dominicana fue con las Estrellas
Orientales, en la temporada 1980-81. El siempre recordado Johnny Naranjo había
comprado los derechos de comercialización y me contrató para laborar en la
antesala radial del equipo, que se producía antes de cada partido en el estadio
Tételo Vargas.
En los años 80
Permanecí dos años en
esos menesteres y en la campaña 1982-83 pasé a trabajar en la Antesala Roja de
los Leones del Escogido. Luego, a mediados de la década de los 80, cuando los
hermanos Eddie y Manuel -Tete- Antún, mis amigos de infancia, se hicieron cargo
del conjunto de las Estrellas, en sustitución de su tío Rafael, regresé a esa
organización, esta vez como director de Prensa y Relaciones Públicas, comentarista
en la cadena de transmisión por televisión y productor de la Antesala Verde.
La Cadena Verde
Mi retorno al equipo
oriental aconteció en la estación 1986-87 y me convertí en un protegido de ese
gran ser humano que fue Tano Martino, mi gran amigo y compañero en la antesala.
Dos años después, con la salida de Jorgito Bournigal, que volvió al Escogido,
pasé a ser el comentarista titular y Tano me sustituía en la segunda mitad del
juego. En la Cadena Verde, además de Jorgito y Tano, tuve el privilegio de trabajar
al lado de Mendy López, el profesor Juan Nova Ramírez, Leónidas Henríquez,
Radhamés González, Tételo Morla, Cruz Manuel Asencio, Leo Martínez y Raffy
Ubiera. Compartir con esas destacadas figuras de la comunicación fue
experiencia inolvidable.
Nueve temporadas
Del equipo oriental
salí en la temporada 1994-95 y regresé al Escogido, donde desempeñé las mismas
funciones que en las Estrellas. En esas 9 estaciones que permanecí en el
conjunto oriental, en varias ocasiones el club registró buenas actuaciones,
como en el torneo 1987-88, en que estuvo a ley de una victoria para conquistar
el título. En esa ocasión tomó ventaja de 3-1, en una serie final frente a los
Leones pactada a 7 partidos, pero perdió 3 juegos en forma consecutiva,
sufriendo sus seguidores otra frustración. Pero nada de eso amilanó a sus
fieles fanáticos.
Muchos amigos
En esos años en San
Pedro de Macorís hice muchos amigos, quienes ahora están disfrutando del
triunfo de su enseña, luego de una prolongada sequía de 51 años sin ganar.
Entre ellos debo mencionar a Carlos y Rafuchín Merip, Lorenzo Bobea (Lencho),
Omar Calasanz Cepeda, Johnny y Rosie Richiez, Antonio y Rafael (doctor) Mir,
Carlos Juan Musa, José y Geovanny Dijol, Atilio de Frías, Luis Manuel y Pavel
Aguiló, Fitzgerald Astacio, Julio Reyes, Quique Díaz, Santiago y Oscar Hazim,
Luis Velásquez (Pata), Toñito Canto, Fernando Pérez Ubiera, Ricardo Santana,
Juan Francisco Vilorio y Luis Natera, entre otros que se escapan a mi memoria.
Grandes fanáticos
También entablé amistad
con otros reconocidos seguidores de las Estrellas que lamentablemente murieron
y que hoy estuvieran celebrando la victoria verde. Del grupo recuerdo a don
Miguel Feris Iglesias, Danilo Aguiló (padre de Luis Manuel y Pavel), Domingo
Canó, el Conejo (su nombre era Ramón, pero creo que nunca supe su apellido),
Papotico Nina, Freddy Caram, Vicente Feliú, Franklin Bias y Juan Francisco
Rodríguez. Otros insignes estrellitas ya fallecidos, con quienes mantuve una
estrella relación fueron, don Frank y Danny Comarazamy (padre y hermano de
Roosevelt) y José Román, quienes a pesar de las decepciones siempre mantuvieron
firme su fidelidad por el equipo petromacorisano. Como no mencionar a grandes
fanáticos del conjunto oriental que son mis amigos desde hace mucho tiempo,
Niní Cáffaro, Carlos Almánzar, Kalil Haché, Martín Haché, Tito Horford, Nelson
Marrero, Nelson Mallén y Juana Arrendel, que desde el pasado miércoles están
festejando en grande el triunfo de su equipo.