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21 de febrero de 2009
USAID destina fondos para desarrollo turístico
A: Kianlly
19 de febrero de 2009
Carnavales Dominicanos
En la República Dominicana es posible distinguir dos tipos generales de Carnaval: el de Carnestolendas, proveniente de España y que se celebra antes del inicio de Cuaresma aunque con el tiempo se ha ido asociando más a las fiestas patrias del 27 de febrero y del 16 de agosto; el Cimarrón, que habitualmente se celebra en los últimos días de Semana Santa y tienen orígenes africanos.
Mientras que el carnaval de Carnestolendas se celebra en todo el país, los carnavales Cimarrones se festejan solo en aquellos lugares donde eran más comunes los movimientos Cimarrones (esclavos que se refugiaban en los montes buscando la libertad durante la colonización española). Debido a que el carnaval de Carnestolendas es el que ha tenido más difusión, algunos de carnavales de tradición africana han cambiado la fecha de celebración para hacerlos coincidir con los de tipo europeo.
Lo mismo sucede con los Guloyas de San Pedro de Macorís y La Romana. Los Guloyas son representaciones callejeras de eventos bíblicos que anteriormente solamente se presentaban en época navideña. Es una tradición traída por inmigrantes de las Antillas Menores inglesas, llamados Cocolos, que tocan instrumentos musicales que no se usan en otros carnavales del país.
Los Cocolos son producto del cruce racial de antiguos esclavos traídos de África, con colonizadores británicos. La música, los bailes y las canciones cocolas muestran esos dos componentes. La música y todos los movimientos y pasos de sus danzas son de puro corte africano.
Sin embargo, cuando los bailes cuentan una historia, la mayoría de los argumentos suelen estar basados en “lecciones” bíblicas o en leyendas británicas. En estos bailes el conjunto orquestal cocolo que los acompaña está formado por un “base drum”, un “kettle drum”, un triángulo y a veces con acompañamiento de flauta. Hoy en día, esta tradición sol se ha mantenido en los enclaves cocolos de San Pedro de Macorís y La Romana.
Tanto el “base drum” (bombo) como el “kettle drum” o “drummer” (redoblante cocolo) parece que son tambores militares británicos adoptados por los esclavos africanos. El bombo que se toca en La Romana es mucho menor que el de San Pedro de Macorís.
En el Carnaval dominicano también hay influencias haitianas, sobre todo en algunos personajes: Robalagallina, uno de los más populares, se desarrolló durante la ocupación haitiana y es un personaje del Carnaval de Jacmel, Haití.
Pero el personaje más común, con todas sus variantes, es el Diablo Cojuelo (llamado a veces Diablo Cajuelo). Él era un demonio travieso y juguetón que colmó la paciencia del mismo Diablo Satán: éste lo arrojó a la tierra, lastimándole una pierna al caer y dejándolo cojo o “cojuelo”.
Conserva ese nombre en La Vega mientras que en Salcedo y Bonao son llamados Macaraos; en Santiago de los Caballeros, Lechones, etc.A finales del siglo XIX, muchas familias emigraron de Cuba después de la revolución. La gran mayoría de estas familias se quedaron a vivir en ciudades del norte y centro de la República Dominicana, trayendo sus costumbres cubanas y, entre ellas, algunas comparsas del Carnaval (como La Culebra de San Blás en La Vega y El Baile El Diablo Cojuelo del Caimán y el de la Negrita Conga en Puerto Plata).