Por: Carlos Mejía Blanco.
¡Hay de aquellos! que hacen ganancia la de
recibir su paga, y la aseguran comprada por los emolumentos. El perro en la
antigüedad cuando todavía no estaba domesticado, andaba buscando a su amo, era tratado
con desprecio, porque solo comía sus desechos, se acercaba, para ser
domesticado, definido como prostituto.
Un amigo se hastía de los pedidos, aun así,
necesita ser compensado, no con el bocado, sino con la palabra franca, el
dialogo diáfano, que es como al pasarles las manos y ser tratado con la nobleza
del perro.
Hay un tiempo destinado para reforzar los
cimientos de una relación, es el que se da para retener una relación, es la que
se otorga para que prescriba.
Hay acuerdos tácito entre dos para gozar de
una relación, al jugar en un equipo de basquetbol una temporada, es el periodo
en que se usa y se disfruta de cada acción, pero aun estando juntos en un
proyecto se puedes buscar diferentes objetivos, algunos solo quieren encestar
para estar en las estadísticas, mientras otros apuestan a triunfar para ser
campeones, están dispuestos a repartir el agua, ser camilleros, recogedores de
bolas, delibery, y hasta recolector de los recursos ¡chele a chele!.
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