Por José Gómez Cerda
Los cambios científicos y tecnológicos dominados por una
doctrina liberal han determinado un impresionante aceleramiento del intercambio
de signos a través de la revolución en la era digital, la informática y en las
comunicaciones, dando lugar a cambios de valores, tanto de los mercados
financieros como de las redes de información, donde en muchos casos no se toma
en cuenta la ética, la aplicación de la moral.
Los empleados, autoridades y los representantes de los
organismos legislativos, que ejercen poderes en la política pública, deben
tomar en cuenta la ética, como el comportamiento ante la moral. ! ¡No
mencionarla, sino aplicarla, en sus actuaciones ante la sociedad!
La ética en el servicio público está directamente
relacionada con la conducta de los funcionarios que ocupan cargos públicos.
Tales individuos deben actuar conforme a un patrón ético, aplicando valores
morales como la buena fe y otros principios necesarios para una vida sana en la
sociedad; en el pueblo.
La democracia no es una dádiva, debe defenderse con la
convicción de los hombres, para mantener sus principios frente a los que
pretenden destruirla, con sus malas actuaciones, tanto en la vida pública como
privada.
El abuso de poder, el tráfico de influencias, el
partidismo por encima del interés del pueblo, los robos a los fondos públicos,
el favoritismo en favor de amigos y familiares, las limitaciones a la libertad
de prensa, el soborno, enriquecimiento ilícito, la insenbilidad social, opacar
a los sectores minoritarios, la exclusión social; estos y otros temas más son
contrarios a los ética.
Recordamos las lecciones de la historia, sabemos que una
sociedad democrática no tiene que ser una sociedad indefensa, en la que los
enemigos de la libertad, los corruptos puedan conducirla mansamente al
matadero, en nombre de la libertad.
La política es una rama de la ética, especializada, para
que pueda estar al servicio del Bien común. Uno de los poderes principales de
la democracia es el Poder Legislativo, pero ese cuerpo no deberá aprobar ninguna
ley que sea contraria a la naturaleza, porque el objetivo de las leyes es la
ética, manteniendo y conservando las virtudes del pueblo y darle cumplimiento a
la ley moral.
La legislación no debería endosar o aprobar ninguna línea
de conducta contraria a la ley natural...
El objetivo final de la ley es hacer a los hombres
éticamente buenos...debería resistir a los cambios reclamados por una simple
relajación de las conciencias y por costumbres decadentes. Y siempre debería
mantener una orientación general hacia la vida virtuosa y, a cada nivel buscar
la conducta común hacia el plano del cumplimiento de la ley ética.
El Estado es el garante y guardián del Bien Común, su
existencia descansa fundamental, jurídica y filosóficamente para esta
actividad, complementado con la responsabilidad en el bienestar y la seguridad
social, elevando el nivel socioeconómico de los sectores más pobres.
Corresponde al Estado buscar la igualdad básica de los
hombres y las mujeres, al respeto a la dignidad y resguardar los derechos de la
Persona Humana. Sin embargo, el Estado no lo es todo…
El Estado es únicamente parte del cuerpo político, cuya
función específica consiste en mantener la ley, en promover la prosperidad
común y el orden público, y en administrar bien los negocios políticos.
El Estado es una parte especializada en los intereses del
todo. No es un hombre o un grupo de hombres; es un conjunto de instituciones
que se combinan para formar una maquina reguladora que ocupa la cumbre de la
sociedad.
Los actos humanos que no están regidos por la regla de la
razón, o guardan malicias, son éticamente malos ; y los actos dirigidos por la
razón, con bondad, en conciencia y libertad, son éticamente buenos, siempre y
cuando su objetivo, circunstancias y finalidad sean realmente buenos. En
política no se puede jugar a la doble verdad, siempre hay que actuar con
honestidad.
Toda sociedad política requiere de una base ética común
para la subsistencia, so pena de sucumbir frente a los conflictos y problemas,
sin llegar a dar solución a los conflictos planteados.
La vida política requiere de una ética integral, que
pueda expresarse no solo evitando los crímenes y robos, sino dando ejemplo, con
una buena administración de los bienes del pueblo y viviendo en austeridad.
La política ha olvidado la educación. Los partidos
políticos no se interesan en la formación de los militantes. La educación es
base fundamental, para la formación sobre la ética. ¡Estamos retrocediendo!
Es necesario dar educación sobre los principios, valores,
la ética, los signos patrióticos, la moral y civica, y es especial la ética y
el humanismo integral.
Algunos políticos, legisladores y funcionarios públicos
tienen miedo a que sus militantes y sus dependientes tengan una formación
integral, para ellos poder continuar dirigiendo a su manera, en muchos casos
con falta de ética.
Todos los actos
inmorales son contrarios a la ética.
Debe surgir una nueva generación de hombres y mujeres
comprometidos en la educación del pueblo, aplicando la ética, la aplicación de
la moral pública y privada.
Nota. El autor es presidente de la Asociación de
Escritores y Políticos Dominicanos (ASEPED).