Uno de los artículos de éste blog, que escribí
bajo el título GRAN DECEPCIÓN, fue mi desencanto del Partido de la Liberación Dominicana,
lo cual siempre sospeché que ocurriera tan pronto esa entidad política decidió
la famosas apertura, que no fue otra que desviarse de los principios éticos y
morales que le imprimió el líder fundador desde su visión y a partir del tipo
de sociedad en que vivimos. Nunca antes nuestro país conoció un partido
político con tan claros principios y con tales características organizativas,
motivo de reconocimiento hasta por sus adversarios. Sin embargo, "el amor
y el interés se fueron al campo un día, más pudo el interés, que el amor que se
sentía".
Hoy escribo el presente artículo, precedido
de otros dos como condicionantes, titulados LA CREDIBILIDAD EN LA POLÍTICA y EL
LÍDER AUTENTICO. Digo que son condicionantes, porque ha sido mi interés en que
se entienda por qué he tenido que abandonar las filas del partido Alianza País
que preside Guillermo Moreno. El título del presente artículo no antepone a la
palabra decepción el adjetivo gran, porque mi actitud no refleja sorpresa
alguna, sino que es la de algo que se veía venir. Tal vez para los otros doce
miembros que han dejado esa entidad, lo puedan asumir de otra manera. Lo cierto
es que hay una crisis de credibilidad difícil de enfrentar por los políticos, a
tal punto que los lleva a la desesperación y terminan incurriendo en los mismos
errores ya tradicionales, sin encontrar discurso apropiado para seguir
engañando.
Todo cuanto digo en los dos artículos
condicionantes ha ocurrido en Alianza País. El líder ha participado ya en tres
procesos electorales como candidato presidencial, dos de ellos por
Alianza País, pero a todo lo largo de los
últimos seis años, desde su fundación, ese partido no experimenta crecimiento
real, en parte por lo difícil de lidiar en medio de una crisis de credibilidad,
pero también por errores de origen sin ser enmendados, como por ejemplo, no
renovar cuadros dirigenciales atendiendo a los mandatos estatuidos. Los
coordinadores regionales son los mismos desde la fundación, así como los coordinadores
provinciales, todos miembros de la Dirección Nacional. Entre otros errores está
el querer parecerse al PLD de la etapa bochista y considerarse a sí mismo libre
de impurezas, queriendo marcar una diferencia abismal con los tradicionalismos
y hacerlo su bandera sin contar con los recursos humanos calificados para
sostener tal distinción.
Es cierto que en un país pequeño como el
nuestro, una nueva organización política tiene que nutrirse de lo que está
disponible, por lo cual es inevitable formarse con personas que hayan
pertenecido a cualquiera de las demás organizaciones del espectro partidario.
Sin embargo, eso no significa que
esté en disposición de aceptar a todo el que quiera, sino todo el
que pueda o califique, a fin de mantener a raya el oportunismo que siempre está en alerta. A alianza país le faltó ese
decantador o cedazo. EL
organismo de LA ROMANA, al que
pertenecí, es ejemplo de oportunismo en
una parte de su dirección, esa que logró
maniobrar para concentrar la
toma de decisiones , tanto en el
proceso electoral del año
2012, como el del año 2016. En el
primero no hubo transparencia en el
manejo de los fondos que fluyeron para cubrir la campaña, mientras que en el segundo, a pesar de
tomar las previsiones por parte de un grupo de dirigentes , que elaboraron un manual de procedimiento se
repitió la falta de transparencia para lo cual se desconoció EL MANUAL y
los recursos se entregaron
directamente AL PRINCIPAL DIRIGENTE PROVINCIAL. Este manejó dichos fondos a su
propio criterio con el aval de
la comisión política nacional, a travez
del coordinador regional.
Otra acción violatoria de los métodos y normativas lo constituyo la escogencia de los candidatos
provinciales y municipales. Tres dirigentes se abrogaron
el derecho de formar una comisión de
contactos con figuras extrapartidaria, concediéndoles mas de la mitad de
las candidaturas, incluidas las más importantes, en un solo sector
religioso procedente, por disidencia,
del Partido Quisqueyano Demócrata cristiano (PQDC) que se había negado a concedérsela.
La candidatura por el Distrito Municipal La Caleta, se le otorgó
inconsultamente a un empresario que terminó invirtiendo algunos millones de
pesos en una campaña tan estridente, que llegó a equipararse a la del PLD. Si
todo eso no es más de lo mismo, aquí en La Romana...
Ingenuamente creímos que estas cosas no eran
del total conocimiento de Guillermo Moreno, por lo cual abrigábamos la
esperanza que, al ser informado formalmente, éste actuaría en consecuencia.
Pusimos en sus manos todo lo necesario para
intervención, pero prefirió documentarse mediante una comisión
exploratoria que impuso la regla arbitraria de que su veredicto tendría que ser
acatado !sin apelación!, Pero tal veredicto no se fundamentó en investigaciones
con la intención sincera de aplicar sanciones a las violaciones, por el
contrario, determinó que "hubo
muchas violaciones a los estatutos, si los aplicamos, quedarían muy
pocos...los que no estén conformes, pueden irse si quieren, estamos dispuestos
a quedarnos con dos, si es posible". Lo que no llego a comprender es, el
por qué no se prefirió quedarse con
pocos aplicando los estatutos, mientras se estaba en disposición de quedarse
con dos, si fuere necesario. Tampoco se puede entender cómo se puede hablar de
transparencia y democracia interna tomando medidas de esa naturaleza.
Alianza País y Guillermo Moreno, se dejaron
vencer por la desesperación de no perder el reconocimiento y quisieron crecer
fantasiosamente captando votos a como diera lugar, y la estrategia de
incorporar religiosos en La Romana, por lo menos en la cantidad que lo
hicieron, estoy seguro que revirtió una tendencia favorable, de no haber
incurrido en ese error, bajo la creencia de que la plaza romanense es
predominantemente evangélica. Esto alejó las intenciones de católicos episcopales, mormones y adventistas,
quienes son una importante población,
que vieron cómo predominó la
iglesia Asamblea de Dios en las boletas del segundo y tercer nivel. El primer
nivel, es decir, el presidencial, con respecto a los resultados del año 2012,
aumentó nada más 640 votos. Recuerdo cuando trataban de justificarnos la
escogencia de ese grupo de cristianos, aseguraban que esa iglesia evangélica
garantizaba alrededor de cuarenta mil votantes. El registro en nuestro padrón
electoral de La Romana, consta de cientos catorce mil votantes. Pero los
resultados adversos, han querido justificarlos con el fraude nada más,
exonerando de responsabilidades al equipo que tomó todas las malas decisiones
que, con fraude y sin fraude, habría sido un rotundo fracaso.
En mis palabras de despedida, ante el pleno
del organismo provincial, hice una separación de lo político y lo personal, aún
lo mantengo. Pero dada mi participación protagónica en las más difíciles
situaciones, no puedo saber qué ha quedado en el ánimo de los que aún
permanecen en el organismo, principalmente en aquellos que tuve que señalar
como responsables de los conflictos, ya por falta de transparencia, ya por
fomentar grupismo dentro de la organización. Sea cual sea el caso, estoy seguro
que actué apegado a lo institucional, con la lamentación de poder comprobar
inexperiencia y falta de carácter en el máximo liderazgo. Quisiera estar
equivocado, pero la fuerza centrífuga de la población, que ya está despertando,
succionará a todo el sistema de partidos políticos, porque no hay manera de
recuperar credibilidad alguna. Sólo un Pueblo empoderado, con un liderazgo
espontáneo surgido de la dinámica social, pondrá las cosas en orden, con
justicia y para siempre.