Mario Méndez, Ernesto Rocamora, Luís José Chávez, Maribel Villalona, Millizen Uribe, Adrian Fernández |
SANTO
DOMINGO- El índice de calidad ambiental en el entorno del puerto de Cabo Rojo
es “malo”, producto principalmente de la actividad minera y cementera y otros
factores relacionados que provocan contaminación con desechos sólidos, visual,
de las aguas marinas, terrestres, polvo, ruido y erosión de la playa, situación
descrita en una reciente “Evaluación de la Calidad Ambiental de la Franja del
Litoral Pedernales-La Cueva”.
No ocurre lo mismo con el litoral que discurre entre Cabo Rojo y La Cueva,
contiguo a Bahía de Las Águilas, escogido para crear un área hotelera, en que
el índice de calidad ambiental es “bueno”, aunque allí también existe polvo y
ruido. En la zona están las mejores
playas de ese litoral.
La evaluación elaborada por EMPACA, firma especializada en asesoría y
estudios ambientales, con reconocida presencia en las áreas del turismo y las
explotaciones mineras, evaluó desde el punto de vista ambiental la franja
costera escogida para el plan de desarrollo turístico de Pedernales diseñado
por el Ministerio de Turismo.
El estudio realizado,
explica el informe divulgado, “constituye la evaluación de la calidad ambiental
de la Franja Litoral del Río Pedernales-La Cueva, considerando el espacio
evaluado a partir de sus características ecológicas y de sus recursos naturales
con alto nivel de preservación, y bajo nivel de intervención del hombre, es
buena en términos regionales”.
La calidad ambiental señala, “es el
resultado de evaluar el estado actual o previsible de los factores ambientales
(aire, agua, relieve, biota, población y economía) a través de indicadores
ambientales o de calidad ambiental, puntualmente evaluados cuantitativa y
cualitativamente”.
Para llegar a estas conclusiones,
señala, “se considera la contaminación del aire, de los suelos y de las aguas
terrestres y marina, niveles de ruido y afectaciones a los recursos naturales
(vegetación y playa). Dimensionada por el impacto que producen las deficiencias en el uso de la franja costera, la no
mitigación adecuada de las emisión de las fuentes fijas, vinculadas a la infraestructura
hotelera y extra hotelera, a la vida cotidiana de la ciudad de Pedernales, las
actividades agrícolas, mineras y de producción de cemento”.