Rafael Peralta Romero
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Rafael Peralta Romero |
A diferencia del primer
Quijote, que recorría las llanuras de La Mancha, el segundo tanto pisa terreno liso como asciende una
cordillera. Enarbola una bandera blanca y empuña el propósito de impedir que el Partido Revolucionario
Dominicano siga cundido del desaliento y la falta de fe en que lo han sumergido los nuevos
sanchos.
“Yo,
Luis Abinader Corona, perredeísta, ciudadano y demócrata por formación y
convicción, les aseguro que trabajaré sin descanso para darle dos cosas a
nuestros compañeros y compañeras: Un buen candidato y un seguro presidente”. Esto
dijo el martes 29 durante la
inauguración de un magnífico local para
su proyecto político.
Se trata de una hermosa mansión, en la calle Ángel Severo Cabral,
del sector Evaristo Morales, la cual
le prestara su padre, el doctor José
Rafael Abinader. Pero Luis no quiere quedarse en lo físico, sino recuperar el
pasado histórico, de honor y gloria, del PRD y construir un cercano futuro de esperanza.
Ese PRD que el joven Abinader añora rescatar equivale
a la sociedad de justicia y orden que procuraba Don Quijote, el de La Mancha,
quien sufrió palizas y atropellos por causa de su ideal,
pero no se arredró. El Quijote de ahora
aprenderá a lidiar y vencer, frente a los trucos y artimañas que corroen su partido.
El discurso de Luis Abinader
transpira esperanza y representa la visión optimista respecto del futuro de la
democracia dominicana y en particular del
otrora poderoso partido del jacho prendido. “La otra obra, la obra que
importa, la de una candidatura victoriosa, la estamos levantando en cada rincón
de la patria...”
Sancho Panza, el otro
personaje protagónico en la clásica novela
de Miguel de Cervantes, ha sido definido como materialista, pragmático,
impolítico y basto – no vasto-. Sancho sólo ve la conveniencia inmediata. Busca beneficios
y por alcanzar ese objetivo, vende la isla, si es preciso.
En
el prólogo a la edición por el cuarto centenario de Don Quijote, Mario Vargas
Llosa escribió, en referencia a los caballeros andantes: “Ya nadie profesa las
ideas ni respeta los valores que movían a aquellos, ni la guerra es ya un
asunto de desafíos individuales, en los que ceñidos a un puntilloso
ritual, dos caballeros dirimen fuerzas”.
Son muy distintos los
tiempos en nuestra política. Con palabras de Juan
Pablo Duarte, Abinader reclama que no pierda nadie la esperanza, “tengamos fe
en Dios, en la justicia de nuestra causa y en nuestros propios brazos”. Y
remacha: Yo, Luis Abinader, les aseguro que vamos a recuperar el PRD y, junto a
nuestros aliados y al pueblo dominicano, volveremos a ser gobierno en el 2016.