Un
informe presentado por la Red Latinoamericana por la Reducción de Daños
Asociados al Tabaquismo (RELDAT) afirma que los cigarrillos electrónicos
desempeñan una importante alternativa para que los adultos fumadores abandonen
el cigarrillo convencional. Se trata del informe “Mitos sobre el vapeo”
(QA-RELDAT-MITOS-SOBRE-EL-VAPEO.pdf) presentado por doctores de diversos países
de Latinoamérica, como México, Argentina, Ecuador, Brasil, Chile, entre otras
naciones, y que promueve la aplicación exitosa de políticas de reducción de
daños vinculados con el consumo de tabaco.
“La
información disponible en la biblioteca Cochrane, considerada un estándar de
oro en la medicina basada en la evidencia, concluye que los cigarrillos
electrónicos con suministro de nicotina ayudan a dejar de fumar, hecho que se
refleja en la importante caída de las tasas de tabaquismo que han experimentado
países como Reino Unido y Nueva Zelanda en los últimos años”, explica en el
informe el doctor Enrique Terán. MD. PHD (Ecuador) profesor principal del
Colegio de Ciencias de la Salud en la Universidad San Francisco de Quito.
“Es
evidente que hay estrategias actuales del Control del Tabaco, que incluyen la
prohibición y la imposición de impuestos. Para lograr la cesación en aquellos
fumadores que no han podido todavía dejar de fumar, se necesita de una
alternativa adicional, como son los cigarrillos electrónicos. Los fumadores,
muchas veces son conscientes de su situación e intentan abandonar el cigarrillo
tradicional, pero desafortunadamente como tienen una adicción (a la nicotina),
deben reconocer que es una enfermedad, y deben ser tratados como pacientes, los
cuales tiene diferentes alternativas para su tratamiento”, añade Terán en el
informe.
Otro de
los especialistas que forman parte de este estudio, el doctor Diego Verrastro.
MD. (Argentina), médico cirujano general especialista en Medicina de
Emergencia, señala que para avanzar en políticas de reducción del daño el
primero de los pasos es reconocer que “las estrategias para dejar de fumar,
aunque son el camino ideal, en la práctica de la vida diaria el número de
fumadores no disminuye como se espera. Hay que abrir los ojos al potencial de
esta estrategia, entender y leer con detenimiento la evidencia científica
independiente disponible y luego concienciarse de su aplicación como estrategia
complementaria a las iniciativas de salud pública contra el tabaquismo ya
existentes”.
Verrastro
advierte que la reducción de daños es el tercer pilar de una estrategia
completa de lucha contra el tabaquismo, que empieza con la prevención, continúa
con la ayuda a la cesación y termina con la reducción de daños.
“A la
luz de la evidencia científica disponible, se debe desarrollar una estrategia
de regulación inteligente y enfocada a quienes deben tener acceso a estos
productos, que no son otros que los adultos fumadores que no quieren o no
pueden dejar de fumar. Estos productos, por ser productos intrínsecamente
diferentes, con propiedades y componentes distintos a los cigarrillos
convencionales, deben tener una regulación específica. Una equiparación
normativa o legislativa por parte de las autoridades sólo engaña a la sociedad
haciendo ver que ambos productos son la misma cosa, cuando en absoluto se
pueden entender ambos productos como iguales”, expresa el doctor Diego
Verrastro.
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