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21 de junio de 2012

"Si Miguel Ángel Gómez Hubiera Vivido en Los Estados Unidos…"

Justiniano Estévez Aristy

Junot Díaz, narrador dominicano radicado en los Estados Unidos de Norteamérica, se convirtió de pronto en todo un acontecimiento literario en el organizar del Siglo XX con la publicación de la obra narrativa “Negocios” la cual después de su éxito editorial en idioma ingles ha sido traducida al español teniendo igual acogida en el público de habla hispana.

“Negocios”, obra literaria que cuenta con diez cuentos. No es otra cosa que un parto de la cotidianidad que se entrelaza entre el paisaje agreste de la Republica Dominicana, hasta el de los barrios citadinos industriales, con historias cotidianas donde se resalta la crudeza verbal y ambiental, donde se nombra al pan, pan y al vino, vino, con voz ingenua que alcanza a ratos la experiencia mas descarnada.

Pero mucho antes que Junot Díaz, Miguel Ángel Gómez, fenecido escritor romanense incorporo a su mundo narrativo elementos crudos de nuestro Modus Vivendi, salpicando sus cuentos y novelas con expresiones y narraciones cargadas de un realismo sexual que produjeron y producen las mas encontradas repulsas y defensas en los círculos de escritores y lectores del país.

El premio mayor que se lleva la obra narrativa del escritor del patio radica en la provocación que produce ante los ojos de los lectores, que oscila entre el mucho rechazo y la poca administración entre la abundante repulsa y la tacaña justificación entre la leve sonrisa y el enorme escupitajo.

Sin embargo, contrario con lo que aconteció con Junot Díaz, nuestros medios de comunicación escritos, no fueron lo suficientemente gentil con Miguel Ángel Gómez, mientras a muchos de los trozos que el sustrajo de calles y callejones y a los que no agrego ni una coma, le huyen como “el Diablo a la Cruz”, no sin antes de haberlos calificados de impuros e impublicables.

Si Miguel Ángel Gómez, estuviera vivo, y hubiera publicado en los Estados Unidos de Norteamérica: “Las Manos de la Muerte son de Seda”, “Días Difíciles”, entre otras narraciones dispersas, su éxito editorial hubiese rebasado los linderos de Junot Díaz.

Pero Miguel Ángel Gómez, estaba aquí con nosotros, en medio de un pantano literario hostil, el cual condena el lenguaje sexual de las presas de su cuento: “La Venganza” y alaba la voz influenciada de un escritor con menos dominios de la técnica narrativa y que es capaz de señalar sin provocar rubor en su desarrollado medio, que las pandillas de tigres se divertía “tirando por tierra a nuestros vecinos y escribiendo checa y tonto por las paredes y el pavimento.” (Tomado del Semanario El Batey)

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