APUNTE.COM.DO
• Se prevé que el crecimiento de
República Dominicana se acelere hacia adelante, sustentado por las políticas de
apoyo de las autoridades, después de la desaceleración económica registrada a
finales de 2024 y en el primer semestre de 2025 debida al aumento de la
incertidumbre y condiciones financieras más restrictivas.
• República Dominicana cuenta con
fundamentos económicos fuertes y espacio de maniobra para aplicar políticas en
caso de que los riesgos se materialicen, con lo cual el país se encuentra en
una buena posición para enfrentar la continua incertidumbre global.
• Las reformas fiscales y
estructurales, sobre todo en el sector eléctrico, son esenciales para mejorar
las perspectivas de crecimiento de mediano-plazo y continuar fortaleciendo la
resiliencia económica, incluyendo a desastres naturales.
Washington, DC El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó la Consulta del Artículo IV con República Dominicana[1] el 12 de noviembre de 2025. Las autoridades necesitan más tiempo para considerar la publicación del informe preparado por el personal técnico para esta consulta.
El crecimiento económico de República
Dominicana se desaceleró a finales de 2024 y el primer semestre de 2025 debido
principalmente al aumento de la incertidumbre y a condiciones financieras más
restrictivas. Existen indicios preliminares que la actividad económica está
repuntando sustentada por el apoyo de las políticas monetaria y fiscal, con el
crédito, las exportaciones, y el crecimiento del turismo todos mejorando en
meses recientes. La inflación se mantiene cercana a la meta y se espera que
promedie 3.7 por ciento en 2025. La posición externa está en línea con los
fundamentos económicos y políticas recomendadas. Se espera que el déficit de
cuenta corriente se reduzca aún más este año llegando a 2.5 por ciento del PIB,
apoyado por la solidez de las exportaciones y las remesas, y que esté
completamente financiado por inversión extranjera directa (IED).
Se prevé que el crecimiento se acelere
hasta el 4.5 por ciento en 2026, y que luego converja a su tendencia de largo
plazo del 5 por ciento, en tanto que se proyecta que la inflación se mantendrá
alrededor de la meta de 4±1 por ciento. Se prevé que el déficit de cuenta
corriente se mantenga alrededor de 2.5 por ciento del PIB y que siga estando
plenamente financiado por la IED. El déficit y la deuda del gobierno se
proyectan en una senda gradualmente descendente, debido en parte, a la
reducción esperada de las pérdidas del sector eléctrico y una mejor
focalización de los subsidios a la energía eléctrica y los combustibles. Esto
contribuirá a crear espacio fiscal para el aumento programado de la inversión
pública.
El balance de riesgos está sesgado a
la baja, pero República Dominicana está bien posicionada para afrontarlos.
Persisten los riesgos externos asociados a las condiciones financieras
mundiales y la elevada incertidumbre, así como la vulnerabilidad de República
Dominicana a desastres naturales. Sin embargo, el país cuenta con fundamentos
económicos fuertes y espacio de política para responder en caso de que estos
riesgos llegaran a materializarse. Por el lado positivo, República Dominicana
podría beneficiarse de la desviación de comercio y los flujos de IED dado los
cambios en las políticas comerciales mundiales. En el plano interno, el retraso
en la implementación de los planes de reformas e inversión pública por parte de
las autoridades podrían suponer factores desfavorables para el crecimiento, en
tanto que una implementación robusta sería un factor favorable.




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