La tragedia dejó dos escolares muertos y 12 heridos, causando un dolor
inmenso entre las familias afectadas
La tragedia de tránsito en Hato Mayor, que acabó con la vida de dos
estudiantes y dejó al menos 12 heridos, causó un dolor colectivo en esa
población, además de haber dejado compungidos a amplios sectores del país.
NAYELI REYES
Hato Mayor, LD.- Muertes y heridos, seguido de llanto y dolor,
desesperación, culpas e inconformidad, una fuerte combinación de cosas
inesperadamente caídas sobre decenas de familias de la provincia Hato Mayor del
Rey, específicamente en el tramo carretero de Sabana de la Mar, quienes desde
ayer viven uno de los momentos más dolorosos de su existencia. Un trágico
accidente de un autobuses cargado de escolares es la causa, al dejar como
desenlace fatal un saldo de dos muertos y 12 heridos.
El día lucía normal para más de treinta menores y sus allegados, quienes
habían tomado, como de costumbre, el autobús escolar que los llevaría hasta sus
centros de estudios.
Pero este viaje en la unidad de transporte tuvo un trágico giro cuando
el vehículo, ocupado a máxima capacidad, fue impactado por un camión de cama
larga, arrebatándole la vida a dos de ellos e hiriendo a otros doce, siete de
estos de gravedad.
Heridas craneoencefálicas, rostros destrozados, graves contusiones
internas y físicas, así como pérdida de extremidades e impacto en la cavidad
bucal, fueron algunos de los diagnósticos para Alexandra Clevel, de 17 años, y
Estefani Castillo, de 15, las dos fallecidas hasta el momento, y el resto de
las víctimas.
Escuela Wenceslao Peguero Manchado
Con dos estudiantes fallecidos y 11 heridos, la Escuela Wenceslao
Peguero Manchado se viste de luto
Versiones preliminares indican que el autobús se encontraba estacionado
cuando fue chocado por la patana.
“Ella siempre iba donde su madre y la abrazaba y le decía:’ tranquila,
mami, que yo te voy a hacer una casa’, y mira ahora”, contó, con dolor,
Elmanel, su padre, quien dio parte sobre cómo esta noticia destrozó a sus dos
hijas menores.
De acuerdo con Elmanel, la tragedia constituye uno de los peores
momentos de su vida y nunca se imaginó que tendría que prepararse para llamar a
casa y decirle a sus niñas, de 11 y 6 años, que su hermana mayor, ya no
volvería más.
Hasta donde las palabras le ayudaron, narró que su hija era muy alegre,
dedicada, divertida y animada, pero hoy en la mañana antes de salir de casa, la
notó muy “extraña”.
“Esa niña no era así. Ella se levantó y estaba como mareada, como que no
quería hacer nada y ni me hablaba ni nada y yo le preguntaba que si estaba bien
y no me dijo. Una muchacha que siempre vivía voceando”, dijo.
Estefani Castillo, dejó a su madre sin apoyo
Bajo efectos de medicinales, sedada por la intensidad de la tragedia,
primero al enterarse que su hija estaba herida de gravedad y luego al saber que
la había perdido, su madre, Rosa Castillo, dice que siempre recordará a su hija
“como la mejor”.