El mundo de los negocios
El mundo de los negocios
En las últimas
décadas, la estructura de las economías mundiales ha experimentado importantes
transformaciones. Los países que dependían de economías basadas en la
agricultura se han desplazado hacia actividades manufactureras más eficientes,
mientras que los que tenían economías basadas en la industria manufacturera se
han orientado hacia actividades más productivas basadas en los servicios. Este
cambio ha coincidido con un notable aumento de la integración mundial,
impulsada por el extraordinario crecimiento de los movimientos transfronterizos
de bienes, servicios e inversiones. Desde 1950, el valor del comercio mundial
se ha multiplicado por 347, acompañado de un fuerte aumento de la inversión
extranjera directa, de la que una proporción significativa se dirige a los
países en desarrollo.
Las empresas
multinacionales y sus filiales extranjeras han desempeñado un papel clave en
este proceso de globalización. Estas
ahora representan la mitad de las exportaciones mundiales, casi un tercio del
PIB mundial y cerca de una cuarta parte del empleo global. Han incrementado considerablemente las
transferencias de tecnología a los países emergentes y han contribuido a
mejorar su eficiencia productiva.
Por otro lado,
las multinacionales han sido responsables de la fragmentación del proceso de
producción en distintos países. Por medio de sus filiales en el extranjero, han
descentralizado la producción de conocimiento, la fabricación de bienes y la
prestación de servicios en múltiples lugares del mundo.
Las
multinacionales y el empleo
Pero ¿cómo han
impulsado las empresas multinacionales la transformación estructural?
En un estudio
reciente mis coautores y yo exploramos esta pregunta. Llegamos a la conclusión
de que las multinacionales desempeñan un papel preponderante en la disminución
de la proporción del empleo manufacturero y en el aumento del empleo en los
servicios. En cambio, en las economías emergentes, las multinacionales
contribuyen a disminuir el empleo agrícola y a incrementar de manera
significativa la proporción de la fuerza laboral empleada en la industria
manufacturera.
Analizamos
microdatos confidenciales de las empresas multinacionales japonesas que operan
en China antes y después de que este país redujera sus barreras a la inversión
extranjera directa en el año 2002, tras su entrada en la Organización Mundial
del Comercio. Logramos vincular los datos de los dos países para evaluar el cambio
en el empleo manufacturero tanto en las filiales japonesas en China, así como
en sus propias plantas en Japón, como resultado del cambio de política.
Cambio
estructural en los países de origen y de destino
Las
multinacionales japonesas se vieron atraídas hacia China, en gran medida,
debido a los costos laborales más bajos y el acceso al mercado de su enorme
población. No obstante, las fuertes restricciones al establecimiento de
filiales extranjeras en el país actuaban como un obstáculo para ampliar su
presencia en este mercado. Nuestros resultados muestran cómo la reducción de
las barreras a la inversión extranjera directa en China condujo a que las
filiales japonesas en el país incrementaran su empleo en la industria
manufacturera en cerca de un 20% y sus ventas en un 17%, contribuyendo a
acelerar el ritmo de la transformación estructural de China hacia la
manufactura en la década de los 2000. Al
mismo tiempo, en sus operaciones en Japón, la proporción de empleo
manufacturero se redujo en un 11,5%, al tiempo que se incrementó el empleo en
las divisiones de investigación y desarrollo. Esto formó parte de la
transformación estructural hacia los servicios en Japón.