La promesa del Programa de Intervención Temprana –que
brinda ayuda gratuita a los niños pequeños con discapacidades– no se cumple a
menudo, especialmente para los niños afroamericanos y latinos
Ayuda tardía para niños con problemas de desarrollo Lucas Ureña juega en un parque frente a su casa en el norte de El Bronx. FOTO: ELISSA HERSH |
Por: Maya Miller
Gabriela Ureña comenzó a
preocuparse por su hijo, Lucas, cuando tenía 15 meses.
Durante una evaluación regular, el pediatra de Lucas
también se preocupó. El bebé de El Bronx solo podía pronunciar tres palabras.
Según muestra su registro médico, a esa edad no podía imitar los nombres de
objetos que le eran familiares ni hacía gestos para pedir comida.
El médico envió una referencia de dos páginas a las
oficinas del Programa de Intervención Temprana ubicado en el Bajo Manhattan.
Este programa federal exige que los gobiernos locales proporcionen las terapias
y los servicios necesarios a niños de 3 años o menos con problemas de
desarrollo graves o discapacidad.
Si un coordinador del programa determina que el habla, la
forma de caminar o las habilidades sociales de un niño sufren un retraso
significativo, el menor es elegible para recibir servicios de manera gratuita.
En un plazo de 45 días, los especialistas deben diseñar un plan de atención
individualizado con hasta 40 horas de terapia a la semana.
En el caso de Lucas, quien fue diagnosticado con autismo,
hacer este plan tomó el doble de tiempo. Y sus 25 horas a la semana de terapia
disminuyeron rápidamente a cinco horas cuando sus dos terapeutas conductuales
no pudieron coordinar los horarios, y uno dejó de ir a la casa de la familia en
el norte de El Bronx.
“Llamé y llamé, y
nunca enviaron a alguien nuevo”, dijo Ureña en inglés, alzando el tono de su
voz. “Es solo un desastre”.
El sistema de Intervención Temprana que ofrece protección
y atención a los niños con retrasos en el desarrollo y discapacidades se
enfrenta a su propia lucha para prosperar: sufre una escasez de proveedores y
brechas geográficas en los servicios que están afectando más a la población
afroamericana y latina de Nueva York.
Acceder a esta atención se ha vuelto también cada vez más
difícil para las familias, especialmente si éstas viven en El Bronx. Un
análisis realizado por Measure of America y THE CITY en los registros de los
departamentos de Salud del estado y de la ciudad de Nueva York reveló que:
El año pasado, el Departamento de Salud de la ciudad dio
una calificación deficiente a aproximadamente una de cada cinco agencias de
Intervención Temprana por la coordinación de servicios para niños. Casi un
mismo número obtuvo una nota casi deficiente, según muestran los registros de
la agencia.