Washington (EFE).- La
prostitución está disminuyendo en las calles de Estados Unidos y aumentando en
internet, según destaca un estudio difundido hoy, que también alerta de la
creciente disponibilidad de la pornografía infantil.
El trabajo, elaborado
por el Urban Institute a encargo del Departamento de Justicia, examina las
claves del funcionamiento económico de la industria clandestina del sexo en
ocho ciudades estadounidenses: Atlanta, Dallas, Denver, Kansas City, Miami,
Seattle, San Diego y Washington.
Según se detalla en el
estudio, internet está cambiando las limitaciones del negocio, ya que los
anuncios de prostitutas y proxenetas en las redes sociales y en páginas web
como Craiglist.com y Backpage.com atraen a clientes y a posibles nuevas trabajadoras.
Esa presencia virtual
hace que, al mismo tiempo, sea más fácil para los infractores promover ese
negocio clandestino y para la policía rastrearlos.
"Aún hay actividad
callejera, pero en internet no tienen que operar en las sombras", aseguró
en un comunicado la directora del estudio, Meredith Dank, quien añadió que
internet resulta "más lucrativo".
Además, el estudio
advierte de que el contenido explícito de menores está cada vez más accesible
en internet, donde las comunidades virtuales creadas alrededor de la
pornografía infantil con frecuencia intercambian contenidos de forma gratuita y
se apoyan entre ellas.
El trabajo del Urban
Institute también muestra que, en las ocho ciudades en que se llevó a cabo, el
negocio clandestino del sexo mueve alrededor de 1.000 millones de dólares al
año, con cifras que van desde los 300 millones de Atlanta a los 40 millones de
Denver.
El acto sexual tiene un
precio similar en las ocho ciudades estudiadas y sitúa alrededor de los 150
dólares por hora, 100 dólares menos del que tenía antes de la recesión.
Los ingresos de los
proxenetas, sin embargo, oscilan entre 5.000 y los 32.833 dólares semanales,
apunta el estudio.
Para la elaboración de
este estudio, que se prolongó durante cinco años, los investigadores
entrevistaron a prostitutas y proxenetas tanto de burdeles y servicios de
acompañamiento como de salas de masaje, pero no se incluyen los datos de la
industria de las películas pornográficas, que es legal.
El Departamento de
Justicia de EE.UU. espera que el trabajo ayude a las autoridades policiales a
entender mejor las motivaciones de quienes participan en la industria del sexo
clandestino y así mejore el tratamiento que reciben sus víctimas. EFE