El look más inesperado de Naty Abascal: a lo Robocop (o Daft Punk) con traje de Manuel Albarrán

 De costura pero no en la costura: Naty se viste de Beyoncé para celebrar la semana de la moda de París en la distancia.

POR MARTA MARTÍNEZ TATO             Vanity Fair

Ha arrancado la Semana de la Alta Costura en París. Una ocasión para soñar con la moda a la grande y la creatividad sin límites con propuestas que, en su mayoría y como mínimo, son solo aptas para alfombras rojas. A sus puertas las invitadas más célebres continúan con la dosis de inspiración. Naty Abascal es una de esas invitadas a la que siempre conviene estar atenta. Esta vez sin embargo, Naty nos sorprende con un estilismo digno de una película de ciencia-ficción o del videoclip más futurista a varios de miles de kilómetro de distancia de las primeras filas.

En su perfil de Instagram este icono del estilo patrio ha compartido una imagen en la que podemos verla vestida con un impresionante mono negro elástico, acompañado de piezas metálicas a modo armadura. El diseño incluye también un casco que le cubre los ojos. “Preparada para la Semana de Alta Costura con esta obra de arte”, comenta Naty Abascal en su foto, realizada en el patio de la casa de Mario Testino, quien toma la imagen, rodeada de inmensos cactus que contrastan con su atuendo.

Naty Abascal da la bienvenida así a la Semana de la Couture desde la distancia y en lo que podría ser, de paso, un homenaje al décimo aniversarios de Random Access Memories, el último álbum publicado hace diez años por el dúo francés Daft Punk.

El artífice de este diseño es Manuel Albarran, “diseñador de vestuario. Especialista en diseño con metal. Escultor de metal”, tal y como reza la descripción de su cuenta de Instagram. Sus diseños han sido protagonistas de portadas de revistas, campañas de publicidad o videoclips. Entre sus clientas más famosas están Shakira, Rihanna, Cardi B, Janet Jackson, Lady Gaga o Katy Perry.

Naty Abascal nos deja así otra prueba más de que su audacia y su falta de complejos a la hora de vestir no conoce límites, confirmando que su estatus de icono no hace más que crecer.