12 de julio de 2023

Biden acaba de conseguir una gran victoria en su viaje a Europa

 Por Análisis De Stephen Collinson

(CNN) -- El presidente Joe Biden ya se aseguró un poderoso producto de su viaje a Europa, uno que debilitará la posición estratégica de Rusia en otra consecuencia perjudicial de su invasión de Ucrania.

El levantamiento por parte de Turquía de su bloqueo a la entrada de Suecia en la OTAN fue un movimiento significativo y sorprendente en vísperas de la cumbre de la OTAN en Lituania. La marcha atrás del presidente Recep Tayyip Erdogan se produjo horas después de que advirtiera a Suecia de que se quedaría fuera hasta que Turquía consiguiera su tan demorado ingreso en la Unión Europea.

Una vez que Suecia ingrese finalmente en la OTAN, reforzará la reputación de Biden como líder estadounidense que revitalizó y amplió el bloque. Finlandia —que decidió adherirse, al igual que Suecia, tras la invasión de Ucrania— ya ha añadido cientos de kilómetros de territorio de la OTAN en la frontera con Rusia.

La guerra de Rusia en Ucrania, minuto a minuto

La entrega de armas y municiones a Ucrania y el liderazgo de la alianza por parte de Biden lo han convertido en el presidente más importante en asuntos transatlánticos al menos desde George H. W. Bush, que presidió el final de la Guerra Fría y la reunificación de Alemania. Sin embargo, su legado dependerá en última instancia del resultado de la guerra en Ucrania y de su capacidad para evitar un enfrentamiento directo con Rusia.

El cambio de postura de Turquía también aligerará el ambiente en la cumbre de la OTAN, donde el momento de mayor unidad de la alianza en años había corrido el riesgo de verse algo empañado por las divisiones en torno a las súplicas de Ucrania para conseguir un calendario de adhesión. Biden había declarado antes de abandonar Estados Unidos que Ucrania no estaba preparada para ingresar. Los nuevos Estados miembros necesitan la aprobación unánime de todos los miembros de la OTAN para poder ingresar en el club y beneficiarse de su garantía de seguridad colectiva.

La decisión de Erdogan fue también un duro golpe para el presidente de Rusia, Vladimir Putin. En primer lugar, supondrá la expansión del territorio de la OTAN y reforzará la alianza tras una invasión no provocada de Ucrania que, según Putin, pretendía en parte debilitar a Occidente y contrarrestar lo que él afirma que es su esfuerzo por neutralizar el poder de Rusia en su propio patio trasero. En segundo lugar, la decisión de Erdogan —un líder cada vez más autocrático que ha disfrutado de lazos en gran medida cordiales con el hombre fuerte del Kremlin— frustrará los intentos de Rusia de sembrar divisiones entre los miembros de la OTAN para debilitar la alianza.

Los acontecimientos de este lunes fueron otro giro intrigante para un líder imprevisible que ha aprovechado la posición estratégica de Turquía, donde Occidente se encuentra con Oriente, para intentar reconstruir su país como una gran potencia regional. Aunque por el momento no está claro si Erdogan ha conseguido algo más que concesiones cosméticas de Suecia, las potencias europeas de la OTAN y Estados Unidos, su repentino cambio de opinión plantea la cuestión de si había negociado hasta verse acorralado. Ya había retirado sus objeciones a la adhesión de Finlandia a la alianza.

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