Redacción Caribbean News Digital
Para muchas personas que trabajan como guías turísticos, mostrar a la gente una nueva ciudad implica salirse un poco de los caminos trillados. Pero cuando no hay ningún camino, hay que abrirse uno por sí solo.
Esa es la historia de Fátima, la única mujer que
trabaja como guía turística en Afganistán. Esta mujer de 22 años (pidió en la
entrevista concedida a CNN que no revelara su verdadero nombre por razones de
seguridad) creció guiando ovejas por el campo, y ahora conduce a los turistas
por las calles de Herat, la tercera ciudad más grande de Afganistán.
Fátima, la menor de ocho hermanos, es la
única que no se ha casado y que ha recibido educación.
Creció en la provincia rural de Gohr, donde
dice que no había escolarización para las niñas, pero convenció a su familia
para que la dejara tomar clases si aportaba suficientes ingresos con el
pastoreo de ovejas.
Cuando Fátima tenía nueve años, su familia se
instaló en Herat. Aunque pudo recibir algo de educación informal, la mayor
parte del tiempo se quedó en casa ayudando a su madre. Conseguir una educación
no era tan sencillo como matricularse en el instituto local.
"Durante estos años pensé mucho en que
quedarse en casa no resolvería ningún problema", dice. "Mis hermanos
y hermanas se vieron obligados a casarse. Fue muy triste para mí. Decidí que no
seguiría su tradición. Así fue como decidí trabajar".
Fátima abrió una cuenta en Facebook y empezó
a unirse a grupos de personas interesadas en la historia. Cansada de que la
gente sólo conociera Afganistán como un lugar de guerra y conflicto, comenzó a
escribir regularmente posts sobre lugares de su país que los extranjeros
podrían desconocer.
Herat está en el noroeste de Afganistán, no
lejos de las fronteras con Irán y Turkmenistán, y ha estado habitada desde el
siglo V a.C., lo que la convierte en un lugar interesante para un aficionado a
la historia. Cuando empezó a escribir sus posts, todo cambió.
Fátima dice que empezó a recibir comentarios
y respuestas de sus nuevos amigos en línea. En 2020, uno de ellos, un hombre
conocido como "Big Tom", se puso en contacto con ella diciendo que
iba a viajar a Afganistán y que si estaba interesada en enseñarle Herat. Ella
dijo que sí. Fueron a la Ciudadela de Herat, al Museo Nacional y a una casa de
té tradicional.
Tom la recomendó a otra persona y Fátima
siguió consiguiendo trabajo por el boca a boca. Finalmente, llamó la atención
de Untamed Borders, una agencia de viajes especializada en viajes a zonas más
inaccesibles.
Tras conocer a Fátima y viajar con ella por la
ciudad, Tom recomendó a la empresa que la contratara. Y la contrataron a
finales de 2020, con lo que la joven autodidacta se convirtió en la primera
mujer guía turística profesional de su país.
"Tener una guía femenina da a nuestros
huéspedes una perspectiva totalmente nueva", dice James Willcox, fundador
de Untamed Borders. "Además de estar bien informada como guía, Fátima
ofrece a nuestros huéspedes una visión personal de su vida como mujer afgana.
Intentamos dar a nuestros huéspedes un marco de información para contextualizar
las experiencias que viven en Afganistán, y Fátima contribuye a ello en gran
medida."
La nueva carrera de Fátima provocó algunas
fricciones en su familia tradicional en un momento en que sus hermanos ya
desafiaban las opiniones más conservadoras de su padre.
Fátima dice que muchas personas en su vida,
incluidos algunos miembros de su propia familia, le han dicho que es demasiado
peligroso que una mujer trabaje, especialmente si eso significa interactuar con
los hombres de forma individual.
Dice que los niños le han tirado piedras
mientras guiaba a los turistas por el mercado local. La gente le ha gritado
improperios.
Fátima dice que el apoyo de sus empleadores y
de la gente que ha conocido a través de las visitas guiadas es lo que la
mantiene motivada. También está la implicación de lo que podría pasar si lo
deja.
"Los retos siempre forman parte de mi
vida. Si me rindo, otras mujeres nunca empezarán. Soy la primera mujer en
Afganistán que es guía de turismo", dice, "pero no quiero ser la
última".