Por Ramón Mesa
Escribir sobre lo
que nos evoca, un poemario como el de Eddy Sosa: “Miradas, nostalgias y
silencios” (2015), se torna complejo si no blindamos nuestra sensibilidad de
una embestida estética que arroba los sentidos y nos sumerge en lo más hondo de
la existencia a través de la contemplación.
Sin lugar a dudas,
estamos ante una poderosa alusión al eterno retorno, a lo efímero de la
existencia: el amor, la tristeza y la felicidad. De manera que más allá del
entramado estético está el filosófico, como se muestra en poemas como
“Mariposas retorno”, “Profecías” y “Este poema”, donde se pone de manifiesto
que el universo es nuestro, y sin embargo nada nos pertenece. Eddy en cambio,
lo disfruta en su deleite, a conciencia plena de que todo pasa.
“Este poema no me
pertenece
ha salido de la
tierra cantando
se ha levantado de
los mares muertos
¿Qué guitarra
herida besará su palabra?
¿Qué sonido de agua
calmará la sed de tantas piedras?
este poema ha
descendido de lo inútil
de lo frágil”
Creo no exagerar si
hablo de eficacia estética y conceptual en la construcción de las imágenes y
las metáforas que constituyen cada verso, cada texto de este poemario. Por
ejemplo, el poema “La silla”, pone al descubierto una estructura del verso
sustentada en el ritmo. Hay, además, giros lingüísticos de una riqueza estética
maravillosa. Eddy, evoca cual demiurgo, los misterios y los suspensos del
universo. Acaso el propio misterio que yace en el oscuro origen de las cosas.
Al final, La silla es un símbolo del vacío, de la ausencia y el silencio.
“Sobre el lodo” es
un poema en el que se representa la miseria de la otredad, ese desasosiego que
provoca nuestra propia dualidad; la incertidumbre tanto del acompañado como del
acompañante. El poema cuenta una historia milenaria, una historia de los
orígenes mismos del hombre, desde la creación hasta hoy. El poeta lo sabe en su
particular capacidad de asombro: “Miró el hombre con los ojos del mismo hombre”
(p.32).
En varios poemas la
lluvia funge como un entramado de los recuerdos citadinos y existenciales del
poeta, especialmente en el titulado “Sólo la lluvia”, es como una aguada sobre
la memoria del yo que habita la ciudad. Así, mujer y ciudad se conjugan en una
misma noche, en un mismo recuerdo.
Mientras que el
poema “Mas olvido” es también un contundente símbolo de la otredad; una
interrogante que nos lanza en la cara el otro, y el silencio nos embarga. De
nuevo la ausencia hace estragos; la ausencia del yo se hace irrefutable ante el
espejo, desde donde nos mira.
“¿Qué luna le
aullará a mi perro
cuando el olvido
llegue?”
El acto más franco
de la contemplación se manifiesta en el poema “Una hoja”. Es la franqueza de
los seres que nos hacen pensar la existencia no solo del yo poético, sino de
todo el entramado existencial que implica el universo.
“…Estas hojas no saben
que mis ojos las
descubren
bañadas de
lágrimas,
olvidos y
horizontes
colgadas de nubes
de piedras…”
En “Imágenes”, un
texto pletórico de fino erotismo, el amor y la entrega florecen por encima de
la piel, como también ocurre en el poema “Recorrido” (p.68)
“Miradas,
nostalgias y silencios” constituyen el eje transversal de este nuevo poemario
de Eddy Sosa, escritor provinciano nacido en 1973 en la comunidad de Gaspar
Hernández, Provincia Espaillat. Se trata de un distinguido miembro del Taller
Literario Francis Livio Grullón de Tenares, que se abre paso en el mundo
cultural y estético, junto a un grupo de jóvenes quijotes, escribiendo cuento,
ensayo y poesía.
Cuando me tocó
presentarlo en la Feria Regional del Libro, en Tenares (2015), me sentí
regocijado de poder mostrar a los lectores amigos y seguidores presentes, uno
de los autores que más disfruto en sus intervenciones en los escenarios de
festivales de poesía y ferias del libro en los que coincidimos desde hace años.
Yo celebro su
poesía y celebro su amistad e invito a conocer y a promover su obra como uno de
nuestros mejores valores. Porque presiento que la magia de sus versos, junto a
la calidad y originalidad que les caracteriza, puede conquistar su propia
legión de lectores.