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NOTICIAS SIN
SANTO
DOMINGO.- El ex presidente Hipólito Mejía Lanzó este domingo su pre candidatura
donde en 19 minutos en cadenas de radio y televisión habló de su proyecto político.
Mejía
acusó al PLD de aumentar el endeudamiento en un nivel que consume más del 50
por ciento del presupuesto del Estado para pagar esos empréstitos
Hipólito
estuvo acompañado de su esposa, Doña Rosa de Mejía, de sus nietos, así como
amigos y seguidores de su proyecto político.
El
discurso fue facilitado a Noticias SIN por Eddy Olivares, quien es su vocero.
Discurso
íntegro:
Pueblo dominicano:
Me
dirijo al país en un momento crucial para el destino de la República
Dominicana.
Lo
haré, como es mi costumbre, apegado a la verdad, con la esperanza de que mis palabras contribuyan a mejorar el
presente y a construir un mejor futuro para nuestras familias, a través del
trabajo honesto.
Los
ciudadanos dominicanos estamos obligados a escoger entre la esperanza y el
miedo; entre el orden y el desorden; y entre la seguridad y el caos.
Esa
elección significa hacer, de una vez por todas, los cambios que nuestra
sociedad necesita.
Por
supuesto, no es la primera vez que los dominicanos enfrentamos desafíos que nos
obligan a tomar decisiones trascendentales.
En
efecto, a lo largo de la historia, hemos luchado para hacer realidad esta
patria, sembrando nuestro suelo con amor, sudor y sangre, para cultivar nuestro
ideal libertario.
Hemos
sabido defender nuestra soberanía con coraje frente a agresores extranjeros,
todo ello en la esperanza de poder vivir en una nación justa y próspera.
Sin
embargo, hoy nuestro futuro está amenazado por una paradoja que ha sido creada
por un grupo encabezado por el Partido de la Liberación Dominicana.
Permítanme
explicar, con la franqueza que me caracteriza, en qué consiste esa paradoja.
Me
refiero a que, a pesar del crecimiento económico, la mayoría de la gente siente
en carne propia cómo la calidad de sus vidas se deteriora, empujada por la
corrupción, la impunidad y la inseguridad que nos afecta.
La
mayoría está agobiada por la falta de empleos y el irresistible costo de la
vida.
Todos
sentimos el miedo creado por la violencia, especialmente la violencia contra la
mujer.
Mientras
eso ocurre, nos sentimos indignados cuando un grupo nos estruja en la cara su
mal habida riqueza, y sus fortunas acumuladas sustrayendo la riqueza del pueblo
dominicano.
A
esos indolentes que se roban los recursos públicos, la gente les pregunta una
vez más:
¿Dónde
está su proclamada vocación de servicio al pueblo?
Hasta
ahora, la hiriente respuesta de ese grupo ha sido la arrogancia, la ostentación
y la prepotencia.
La
desbordada soberbia de ese grupo le conduce a violar todas las normas
civilizadas, tanto las de la ley como las de la moral y la decencia.
Es
oportuno preguntar, ¿Qué tenemos que hacer para poner fin a esta desgracia y
retomar el camino del orden, de la decencia, de la ley, para convertir en
realidad nuestra esperanza?
Para
alcanzar ese objetivo, solo nos queda el camino genuinamente democrático: la
movilización de los ciudadanos.
Esa
movilización está llamada a marcar el comienzo de una transición necesaria para
lograr que la República Dominicana sea un país próspero y justo, como quiere la
gente.
Ahora
bien, ¿Qué significa la transición necesaria?
La
transición significa, en primer lugar, tener instituciones sólidas, integradas
por personas idóneas, honestas, independientes y con genuina vocación de
servicio.
La
creación de instituciones fuertes y transparentes garantizaría el cumplimiento
estricto de las Leyes y la aplicación del régimen de consecuencias que ellas
establecen.
Eso
es especialmente importante en el campo de la justicia.
Hoy,
todas nuestras instituciones están secuestradas por el Partido de la Liberación
Dominicana, que solo las usa para su beneficio particular.
En
segundo lugar, la transición consiste en la lucha decidida y frontal contra la
corrupción y la impunidad. El principio de tolerancia cero frente a esos dos
males debe ser un componente esencial de la transición.
Ese
combate contra la corrupción y la impunidad tenemos que librarlo, caiga quien
caiga...