Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez
SAN PEDRO DE MACORIS.- En la mañana del martes 14 de
febrero, Día del amor y la amistad; Día de San Valentín, manos asesinas y
cobarde acabó con la vida del amigo, colega, excelente ciudadano y capaz
comunicador Leónidas Martínez (Leo), junto a él también fue vilmente ultimado
el colega Luis Manuel Medina. Fue una tragedia homicida que estremeció todas
las fibras humanas de San Pedro de Macorís. Fue un martes de sangre, dolor,
luto e indignación acrecentada.
Quien diría que Leo Martínez un hombre de paz, un
predicador social en favor de la vida, promotor incansable de la armonía, la
reconciliación, el perdón y la hermandad entre todos los ciudadanos, caería
asesinado de manera tan cruel y despiadada. Que su voz comunicacional y con
fuerza de raciocinio, tal útil y necesaria en medio de la incertidumbre y la
confusión, motivando consciencia en favor de la unidad y el rescate de los
valores históricos de este nuestro, siempre amado pueblo de San Pedro de Macorís,
protagonizando sueños de futuro, sería martillada a plomo homicida… Vientos de
recuerdos apacibles flotan como bandera sobre tu presencia inmarcesible
enarbolando los colores de la vida, estrella de todo tiempo desafiando asomo de
oscuridad, esencia de lluvia amena, labrando camino de esperanza. Tu palabra
vibrando, saludando cada mañana, influjo moral sobre soberbia emanada de egos
narcisistas y cínicos.
Y el rayo de tu luz se esparcirá de enero a diciembre
abogando por floridos tiempos.
Y desde la penumbra incierta de la impotencia tu voz
preclara indicará el reencuentro del ayer con el hoy procurando tu matinal
presencia de unidad como fuerza incontrastable para vencer las adversidades que
nos castigan.
Por eso, por tu significado de bien, por tu obra
altruista, por tu abierta conducta de caballero, por tu vocación de
solidaridad, por tu sentido filosófico de la amistad, por ser maestro
consagrado, por valorar a las personas desde una óptica de humanidad
cristalina, por creer en la patria y luchar y aportar para que sea cada vez más
digna y decorosa. Por tu humildad y sencillez propia en todo hombre noble, por
tu carisma al servicio de causa positiva; por tu dedicación familiar, por ser
un ciudadano abierto y sin resentimientos mezquino. Por ser ese Leo Martínez
sin frontera social apegado a tus raíces de hombre de pueblo, por tu grandeza
de espíritu…Hoy, mañana y los nuevos tiempos por venir, estará en la conciencia
pública de los hombres y mujeres de estas tierras de inspiración poética, faena
de béisbol y cantos de esperanza.
Cada sol que asome
Cada despertar de sueños
Cada azul de cielo claro
Cada luna esplendorosa
Las estrellas llenándonos de emociones
El mundo en su continuidad dialéctica
Sonrisa de satisfechos mostrando gratitud
La vida reproduciéndose en toda vida
Abriendo camino de alegría en cada verdor aparecido
Y tu nombre envuelto en sus aromas
Y tu voz resonando desde sus interiores
Cadencia de vida plena
Y el manantial claro y limpio volverá del ayer acariciado
Y nuestro Higuana mostrará tu rostro
Desde el interior de su pureza asesinada
Nuevos partos de alegría vendrán de la angustia y el
infortunio.
Y tú, Leo Martínez, humano sideral
Conduciéndonos por certidumbres de éxitos reclamados.