ALEJANDRO BORENSZTEIN Clarin
Humor político
Antes que nada, vale la pena detenernos en las nuevas estadísticas
publicadas esta semana por el INDEC. Según informó el organismo, si ganas más
de 280.000 pesos por mes, o sea 373 dólares, estás en el 10% más rico de la
Argentina. A este dato oficial hay que sumarle otro igualmente impactante: el
promedio de ingresos per cápita de la población es de 87.310 pesos, o sea 116
dólares. Vaya esto para todos esos indignados que se la pasan diciendo que un
nuevo gobierno de Cristina, Massa y Alberto nos llevaría definitivamente a
Venezuela. Tranquilos muchachos, según el INDEC, ya llegamos.
En tren de ver la mitad del vaso lleno, podemos decir que por solo
280.000 pesos mensuales te codeas con los millonarios. Motivo más que
suficiente para votar a Massa y reelegir a este gobierno.
Dicho esto, vamos a lo importante.
Todavía falta casi un mes para las elecciones y la sensación general es
que todos tenemos los quinotos al plato. Es un hartazgo un poco injusto porque
mirando las opciones electorales hay que reconocer que tenemos una amplia
oferta de estadistas premium.
Sin embargo no nos bancamos más. Se ve que nosotros, los cómodos
contribuyentes que solo votamos, laburamos y pagamos impuestos, andamos con la
mecha corta.
A favor de nuestro fastidio podemos decir que, si bien nuestros
principales candidatos presidenciales son de una estatura y una capacidad
deslumbrante, cuando están en público no logran demostrarlo. Esto se pudo
apreciar claramente el miércoles pasado en el debate entre los candidatos a
vicepresidente que los amigos Bonelli y Alfano moderaron en TN.
En un momento dado, Agustín Rossi cometió un error que un jugador
profesional como él no debería cometer. De puro canchero kirchnerista que es,
quiso salir jugando como si fuera Otamendi y regaló la pelota en el medio del
área diciendo: “uso mi minuto para pedir un aplauso por la presencia en este
estudio de los jueces Arslanian y Gil Lavedra, integrantes de la Cámara Federal
que enjuició a las Juntas y marcó un camino en la defensa de los DDHH y bla,
bla, bla…”.