El presidente egipcio, Hosni Mubarak, renunció a su puesto este viernes y le entregó el poder a las Fuerzas Armadas.
El vicepresidente, Omar Suleimán, dijo en una declaración por la televisión pública este viernes por la tarde que se tomó la decisión "por las difíciles circunstancias que atraviesa el país".
"En el nombre de Dios misericordioso y compasivo, ciudadanos, durante estas muy difíciles circunstancias que atraviesa Egipto, el presidente, Hosni Mubarak, decidió abandonar su cargo de presidente de la república y encargó al alto consejo de las Fuerzas Armadas administrar los asuntos del país. Que Dios ayude a todos", fue la declaración que leyó el vicepresidente por televisión.
El anuncio fue recibido con euforia en la plaza Tahrir de El Cairo, centro neurálgico de las protestas de las últimas semanas, y en otras ciudades egipcias donde los manifestantes siguen concentrados.
Poco antes, Mubarak y su familia habían abandonado la capital hacia su residencia de invierno en la localidad turística de Sharm el Sheikh.
Cientos de miles de manifestantes siguen reunidos en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, así como en las ciudades de Alejandría y Suez.
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