Durante los períodos electorales,
los políticos se lanzan en masa a las redes sociales para olvidarlas después
del recuento electoral.
Cuando llega el
período de elecciones, ya sean las elecciones que sean (locales, europeas,
estatales...), se producen varios fenómenos. Uno es la multiplicación de la
presencia de los políticos en todos esos espacios que pueden crear marca
positiva. Así, los políticos empiezan a dejarse ver en mercados, parques y
plazas mayores, acercándose a los ciudadanos como - y esto es una crítica que
los ciudadanos suelen hacer - no hacen en todo en el año. Otro elemento - al menos
si se trata de elecciones municipales - es la aparición de obras en la ciudad
en la recta final pre-período electoral que parecían olvidadas por siempre.
¿Hay un bache en una de las calles que parece que nunca será reparado? Este es
el momento.
Otro
elemento es la multiplicación de las ya clásicas cuestiones de propaganda
electoral, como las banderolas y la cartelería. Y otro elemento son las cuentas
en social media, que crecen como flores en primavera y que tienen una vida tan
limitada y tan corta como la que tienen las margaritas del campo si nos
decidimos a arrancarlas para hacer un ramillete.
Las
redes sociales se han convertido en una especie de 'must' en toda estrategia de
marketing que se precie de cualquier marca y de cualquier empresa. Twitter o Facebook
son caminos para tratar con los consumidores sin cortapisas, de forma directa y
de un modo que estos valoran mucho más que cualquier otro tipo de comunicación
de marca. Por lo tanto, no es de extrañar que los partidos políticos hayan
captado el mensaje y se hayan lanzado también a intentar aprovecharse del
potencial de estas herramientas. Si a esto se suma el éxito que la primera
campaña de Obama tuvo en Estados Unidos (y acabó en la presidencia) en social
media (suele ser uno de esos casos de éxito que siempre se invocan para
explicar el poder del social media en el marketing político), no es de extrañar
que todos los asesores políticos acaben incluyendo a las redes sociales en el
mix de lo que se debe hacer para conseguir triunfar en las elecciones.
Y
por ello, cuando empieza cualquier período electoral, todos los candidatos se
abren perfiles en Twitter o en Facebook (sobre todo en Twitter, que es donde se
cuece el debate político) y se lanzan a la actualización masiva. Durante la
recta final antes de que empiece oficialmente la campaña se apresuran a ganar
followers y durante la campaña actualizan de forma. http://www.puromarketing.com/