Redacción El Caribe
En tanto que la Fed mantiene su
tasa de interés alta, en respuesta a una inflación que persiste, y en Europa la
situación permanece incierta, a nivel local se ha podido retomar una TPM más
reducida y en pausa, con resultados notables.
La inflación dominicana es una
de las más bajas de América Latina, si excluimos a países dolarizados como
Panamá, Ecuador y El Salvador. Desde abril de 2023 hasta abril de 2024 se ha
ubicado en 3.03%.
En el país el panorama económico
se presta para el optimismo. Con un crecimiento económico del 4.6% en enero y
6.2% en febrero de 2024, cifras que demuestran fortaleza.
La decisión anunciada esta
semana por el Banco Central de la República Dominicana, al dejar quieta su tasa
de referencia, refleja una postura prudente y adaptativa frente a las
complejidades económicas internas y externas. Esta estrategia equilibrada busca
garantizar la estabilidad y el crecimiento en un entorno global convulso.
Para los próximos días se espera
conocer el comportamiento en abril de varios sectores claves e importantes como
el turismo y las remesas, y no sería aventurado adelantar que mostrarán números
que apuntalarán las buenas cifras de la TPM, de la inflación interanual y la
subyacente, que se ha situado en 3.99%.
Visto el panorama general, queda
claro que la inflación, un factor clave en las decisiones de política
monetaria, continúa siendo objeto de atención tanto aquí como en el extranjero.
Pero reconforta que mientras en
República Dominicana sigue en niveles bajos y controlados, no ocurre lo mismo
en otros lugares del planeta, donde colocar el freno ha sido más complicado.
La estabilidad económica depende
en gran medida de la capacidad de los actores clave para anticipar y responder
a los cambios en el entorno global. Parece que los nuestros hacen la tarea.