4 de septiembre de 2013

EL ORDEN DE LOS FACTORES…

Por Lincoln López
Lincoln López
“Mamá Álgebra” llamaba una sociedad agradecida, por su sobrada capacidad y entrega, a un icono de la enseñanza secundaria santiaguera: Doña Estela E. de Díaz. ¡Todo un universo de virtudes! Los Axiomas fueron parte de los contenidos del libro de texto del matemático cubano A. Baldor (1906-1978) y, que quizás aprendimos de la reconocida profesora, los 44 condiscípulos del Primero F del Liceo UFE de entonces.
El Dr. A. Lynch nos recuerda “que cuando el resultado es idéntico no importa el orden de los elementos, en este contexto es que se deriva la sentencia de que “el orden de los factores no altera el producto”. –y continua- Pues las cosas no son así en ciencias sociales…” Por eso, no deben extrapolarse estos conceptos matemáticos y validarlos alegremente en otras especialidades, sin tomar en cuenta ciertas variables.

Veamos como los axiomas cambian en el campo de las ciencias sociales, para eso tomamos como muestra los resultados de una encuesta realizada recientemente por una empresa privada y dados a conocer en los medios de comunicación nacionales. Una cantidad aproximada de 1,200 personas adultas respondieron el cuestionario de trabajo con tres temas para determinar el orden de importancia y preocupación de ellos, atendiendo a su propio criterio. Los consultados colocaron en un sólido primer lugar, el problema de alimentación y el alto costo de la vida. En segundo lugar las cifras indicaron el problema de la seguridad ciudadana, y, en un lejano tercer lugar: el problema de la corrupción.

En principio, demos por sentado como bueno y válido ese estudio, cumpliendo con los procedimientos de la sociología. Luego de esta acotación, continuamos.

La comida y la seguridad ocupan el 84.5% de la medición; y solamente a un 8.5% le inquieta el problema de la corrupción. A simple vista lo que se infiere es que el malestar social es comer. Es verdad que la comida es importante para la vida, pero otra cosa es concebirla de una manera tan burda. Tan primitiva. Tan salvaje. Si esa necesidad se convierte en algo bárbaro, entonces se explica porqué existen tantos y desequilibrados programas de beneficencia subsidiados con fondos públicos. Es para envilecernos, denigrarnos, prostituirnos, volvernos más bestiales. Eso explica el fenómeno del populismo en la política. Mezcla de corrupción e impunidad. El soborno de botas, votos y puestos. Depravación. Calumnias. Violaciones. Justicia injusta. Corruptos y corruptores, ambos, son cómplices del actual déficit fiscal. Caminamos hacia una sociedad fallida.

Soy opuesto a la impunidad. Así lo he demostrado y denunciado desde los cargos oficiales que he ocupado. Soy un abanderado de la educación y la cultura. Ahí está mi hoja de vida. Por lo tanto, creo que si no se destina tiempo a revertir esos dos aspectos no habrá salida para los que aspiran a vivir con dignidad y con un mínimo de decencia y decoro. La tarea no es fácil y la tarea educativa será larga. No importa. Tenía razón Mao-Tse-Tung cuando dijo: “la marcha más larga comienza con el primer paso”.

 
Solo así veremos que el orden de los factores (sí) altera el producto… generosamente positivo.

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