6 de enero de 2009

“Poemas y Narraciones” de Ernesto Rivera Cedeño

Por Antonio Cedeño -.Macho-
Nació en la villa de Salvaleón de Higüey, en el extremo Este de la República Dominicana, el 7 de julio de 1934. Médico, pintor, narrador, poeta historiador, gestor cultural, ensayista, miembro de la sociedad de escritores La Altagracia.
Doctor en Medicina, investido por la Universidad Autónoma de Santo Domingo en 1964; fundador del Grupo Cultural Higüey, -Gruculhi-; Compilador de la obra de José Audilio Santana, (1978). Músico, sacerdote práctico, en espera de una ordenación divina. Autor del libro “Las calles de Higüey”, entre otras obras inéditas.
“Poemas y Narraciones”, es el arpa donde Duque recoge los arpegios musicales de su poesía de joven adolescente, en donde vibra junto al deseo restringido de la época, todas las inquietudes de las tardes soleadas de primaveras, danzando entre el perfume del ylang, ylang, y el boscaje verde de la glorieta del parque, de una villa de ensueños y de historias y leyendas religiosas.
Su poema “Pensando en ti” reza de la siguiente manera; “Estoy pensando en ti, y al pensarte/ miro el sol de la fresca mañana/ temblar en cada gota de rocío/ pendiente de la grama”.
Al final el poeta toma su cetro y musas en ristre y dice: “Contemplando el azul de los cielos/ y los copos de nubes que pasan/ pienso en ti, sólo en ti, dueña mía/ porque en ella se esconde mi alma”.
Ansias, tipifica el calor del poeta de l956- marzo y mayo-, donde la temperatura de su intelecto sube al máximo cuando canta: “Siento ansias de bañarme en tus fulgores/ de un sol radiante que calcine entrañas/ quisiera con el fuego de mis besos hacer cenizas tu alma/ Poder cual cóndor levantar el vuelo/ a las cumbres nevadas/ y hacer arder las nieves de su crestas/ con el fuego que arde en mis entrañas/ Convertirme en el rayo que fulmina/ en volcán que deshace las montañas /y en un beso rabioso, amada mía/ ensangrentar tus labios y tu alma”.
La poesía, como cualquier obra literaria no escapa, a su tiempo, porque el poeta trata de interpretar y conjugar el tiempo en que vive con las características sociales y espirituales de su época, y era así, la influencia del cine mexicano con Maria Félix y Jorge Negrete, y su películas; Allá en el Rancho Grande o Nosotros los Pobres y Ustedes Los Ricos, con Pedro Infante y Blanca Estela Pavón, y Humo en los Ojos con María Luisa Zea. Canción cantada por Toña la Negra, de la película del mismo nombre, donde el marino años después, regresa al puerto, donde se enamora de una dama de vida alegre que resultó ser su hija.
Un conquistador y vengador como lo es en la novelística el Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas, o en la poesía y en el cine americano la lucha por el amor de una mujer, donde el galán triunfaba de los obstáculos que le impedían su conquista, pero también en esa época, viene la película española, El Ultimo Cuplé, con Sara Montiel; Fumando espero/ la hembra que yo quiero/ tras los cristales de alegres ventanales/ y mientras fumo/ el tiempo lo consumo/ porque flotando el humo/ me suelo adormecer/ dame el humo de tu boca/ mira que así me vuelve loca/ mira que quiero enloquecer de placer/ sintiendo ese calor/ la llama ardiente de tu amor.
Duque, entiende y está dispuesto a convertirse en rayo/ en volcán que deshace la montaña y en un beso rabioso/ amada mía ensangrentar tus labios y tu alma.
Claro está, que no se hablaba del niño y de la niña, o el tsunami, que producen los deshielos, porque estoy seguro que un poeta sensible como Duque, jamás seria un volcán que derribara una montaña de hielo.
Poemas y Narraciones, es un conjunto de poemas vibrantes, como las cuerdas del arpa de la portada, cuyos sonidos se elevan a lo etéreo y envueltos en el céfiro silbante, se desparraman como lluvias y acarician los oídos con su musicalidad.
Ernesto Rivera Cedeño-Duque, en su juventud quiere jugar al poema y escoge a Arturo Pellerano Castro -Byron-, mientras éste escribe “yo quisiera mi vida ser burro/ ser burro de carga/ y llevarte en mi lomo a la fuente/ en busca del agua/ con que riega tu madre el conuco/ con que tu, mi trigueña te bañas”, agrega: Hoy te he visto cruzar el camino con tu calabaza/ camino derecho al arroyo a buscar el agua/ al mirarte te juro amor mío/ que sentí unas ganas/ de seguirte los pasos de cerca/ y esconderme/ en el monte con ansias/ pa´mirarte las dos lindas piernas/ cuando en el arroyo te subas la falda/ ahora voy a soñar que me quieres/ a soñar que conmigo de casas/ que refresca tus pies pequeñitos/ el rocío de la ancha sabana/ cuando vas caminito al arroyo/ con tu calabaza.
Como dijimos anteriormente aquí el poeta juvenil, de vida escolar quiere demostrar que el puede hacer un poema, que aunque tiene el mismo objetivo usa silabas vibrantes, visualizando la niña subiéndose la falda para mírale las dos lindas piernas; cuando tu te subas la falda.
En esa época, las muchachas usaban las faldas más arriba de las rodillas, y Duque quería verles las piernas mas arriba de las pantorrillas, por qué, pues parecía conocer la canción: mañana, por la mañana/ te digo Juana, que te veré/ te juro Juana que tengo ganas de verte la punta el pie/ la punta el pie, las rodillas las pantorrillas y el peroné,/ te juro Juana que tengo ganas de verte la punta el pie; por eso Duque quería ayudarle con la calabaza.
Indudablemente que este mozalbete poeta, muestra la sensibilidad que le caracteriza y que el lector encontrará en los demás poemas que conforman el texto apretujado de amor versificado, que en un abanico sonoro nos vierte sus brisas, sus caricias y nos deleitan con las vibraciones juveniles de este poeta, que supo insuflarla en su poesía, para que se mantuviera titilante como estrellas en el parnaso, con los rayos luminosos que irrigan el universo.
En su poema, “A mi madre”, Duque arpa en manos, con las cuerdas entre sus dedos, como buen adepto de las música clásica clama: Eso sí, yo te prometo/ si es que tu te vas primero/ que cuando quiera encontrarte/ te buscaré en un lucero. El adolescente compungido piensa en la muerte, en la muerte de su madre, cómo su sensibilidad se enreda en el futuro, y piensa y siente y se pregunta y ¿si te vas primero?
- Él no quisiera que se fuera nunca.

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