Actualmente, las telcos ofrecen contratos con velocidades altas, que
prometen una conexión potente para la que no supondrá ningún problema realizar
acciones como descargar archivos grandes, ver videos en streaming en 4K o
realizar videollamadas. No obstante, la velocidad de Internet contratada, en
muchas ocasiones, no es representativa de la calidad de la conexión, que se
mide por la eficiencia y estabilidad de la red. Esto se debe a varios factores
en los que los equipos utilizados tienen un peso fundamental.
Como fabricante de equipo de red de última generación, TP-Link ha
identificado algunas características que hacen que la velocidad contratada no
sea la misma que se tiene en casa. Por ejemplo, pese a que un usuario tenga
contratado la máxima velocidad que le ofrece su ISP, si el router instalado no
cuenta con las últimas tecnologías o es de baja calidad, la conexión se verá
notablemente afectada.
Por otro lado, se encuentra la cobertura de la red. La mayoría de la
población se decanta por el uso de la conexión inalámbrica debido a su
comodidad, aunque el Wi-Fi tiene asociadas ciertas características que pueden
repercutir en la calidad de la conexión, como pueden ser las interferencias de
otros dispositivos electrónicos del hogar como microondas o teléfonos
inalámbricos. Además, la señal Wi-Fi se puede debilitar al traspasar paredes o
techos. Esto afecta a la calidad de la conexión, haciendo que los usuarios no
puedan aprovechar al 100% la velocidad contratada.
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